miércoles, 30 de diciembre de 2015

El responsable de haber incorporado el sistema D’Hondt a la Ley Electoral pide perdón a todos porque se ha demostrado que acarrea nefastas consecuencias







Hay hechos ocurridos en los años de la Transición política que, como es lógico, sólo conocen quienes intervinieron en ellos.  Hoy vamos a hablarles de un error que por aquel entonces cometimos, y del que es momento de pedir perdón a todos,… ahora que por nuestra avanzada edad estamos ya en primera línea de que nos llegue La Parca y con su afilada guadaña nos siegue súbitamente, en cualquier momento, la vida.

Se trata del porqué y cómo introdujimos el sistema D’Hondt de reparto ‘proporcional’ de escaños que se hace entre las listas de candidatos que han concurrido a unas Elecciones.

Pero permítansenos algunas reflexiones previas sobre los diversos modos de elegir a nuestros representantes.

Así sucede por ejemplo que, en circunscripciones ‘uninominales’ --es decir, en porciones de territorio para las que sólo se elige un único representante--, sólo cabe, conforme a buen sentido común, que rija el sistema mayoritario:  el que cada  partido o agrupación presente un único candidato llamado a representar la circunscripción; y el candidato que más votos saque, ése será el representante de todos los electores y de todos los partidos que concurrieron . (Ojo con esto: el candidato, proceda de donde proceda, una vez elegido representante de ‘su’ distrito,  lo es ya ‘de todos’ los habitantes del mismo; y ¡de ningún modo! debe caerse en la tentación de pensar que el elegido represente sólo al partido o agrupación que le patrocinó).

    La clave de la cuestión en este caso está en que cada circunscripción se haya tomado lo bastante pequeña como para que sea representada por un único candidato que, a su vez, sea suficientemente conocido por todos  y que por eso le eligen con pleno conocimiento de causa.

La democracia es entonces realmente tal, porque se basa en el conocimiento imprescindible para poder emitir un voto válido y no al azar, o --peor aún-- engañado.

No es, por tanto, una ‘democracia’ sustentada en campañas de ‘propaganda’ que, en cuanto tales, casi nunca reflejan la verdad de lo que hablan, sino que la desfiguran  a favor de quien las ha contratado. Incluso llegan a tenerse por más ‘eficaz’ cuanto más hayan logrado ‘engañar’ a los oyentes de buena fe.

En cambio, y como decimos, en la elección ‘por mayoría’ en un ‘pequeño’ distrito uninominal se funda en el verdadero prestigio que haya alcanzado cada candidato a lo largo del tiempo transcurrido entre elección y elección. De este modo, apenas cabe el engaño demagógico, porque el voto se otorga con conocimiento real de la persona a quien se vota y, por tanto, también la democracia es más adecuada y veraz.

Pero este sistema electoral no cumpliría con el doble mandato constitucional --procedente ¡ay! de nuestro borrador de LpRP (Ley para la Reforma Política)-- de que la circunscripción electoral o ámbito que abarca la elección de quién o quiénes representen a sus ciudadanos sea precisamente ‘la provincia’ (art. 68.2) y no otra; y de que la  elección  final se haga “atendiendo a criterios de representación proporcional” (art. 68.3).

Son, en efecto, dos premisas que ahora hemos constatado que no eran lo que supusimos. Porque una provincia ‘entera’ es ya una porción de territorio lo bastante ‘grande’ como para requerir de  un grupo de personas para que la representen (y no sólo una sola). Y, entonces, hacen ‘aparición’ las listas de candidatos, y el que entonces los electores ‘desconozcan’ masivamente a los componentes de esas ‘listas’. 

Es cuando se echa mano también de campañas de ‘propaganda’, y el dar así pie a demagogias de charlatanes de feria que engañan a los votantes. Esto es francamente indeseable.

Además es ahora cuando habrá que aplicar criterios de representación proporcional” --en vez del sistema ‘mayoritario’ que  se emplea en los pequeños distritos ‘uninominales’--  para extraer, de entre las listas que han conseguido más votos, ese ‘grupo’ de candidatos que pasarán a ser nuestros representantes.

Porque, efectivamente, el sistema mayoritario (“quien más votos haya sacado, ése será quien represente a todos los electores de allí”) es enormemente lógico que se aplique cuando es solamente uno el que tenga que ser elegido; pero si ya son ‘varios’, y cada partido presenta su lista de esos ‘varios’, ya parecería excesivo que la lista que hubiese obtenido más votos fuese la que se llevase ‘el paquete completo’, sin reservar  plazas  para que las ocupen candidatos de otros partidos.

A esto es a lo que se refiere el art. 68.3 CE: que el nombramiento de candidatos electos se haga mediante “criterios de representación proporcional”, es decir, que los elegidos no sólo pertenezcan al partido que más votos tuvo, sino que también haya de los restantes que concurrieron.  Y todos, además, cumpliendo alguna ‘proporcionalidad’ entre el número de electos que formaban parte de una lista y los votos conseguidos por esa  lista.

Ahora bien:  ¿cuál fue el criterio de ‘proporcionalidad’ que se propuso?.

Aquí es donde entra en juego el ’sistema D’Hondt’ que propusimos para adjudicar las plazas.

Y ¿por qué y cómo fue que propusimos aquello?

Pues porque teníamos el libro (véanse las imágenes adjuntas).del que aportamos aquí algunas páginas referentes a lo de la proporcionalidad y sistemas que la ‘corrigen’ para frenar la fragmentación de los Parlamentos. Y como ya teníamos la información, por eso lo incluímos en la LpRP. Inclusión que provocó un pequeño revuelo entre los ‘políticos’ jóvenes --de nuestra edad-- a quienes remití al libro y se sumaron al planteamiento.

No obstante, aun siendo D’Hondt un método majo (véase el ejemplo puesto en la Ley Electoral de 1977) de adjudicación de escaños entre las listas más votadas,  exige que se den dos presupuestos indispensables: 1º/, que la circunscripción que se considere como ‘unidad territorial mínima’ donde celebrar elecciones sea lo bastante grande como para que sean también varios’ los que hayan de ser electos allí. Y 2º/, que efectivamente cada partido, o agrupación, presente una lista de candidatos suficientes para cubrir ‘todas’ las plazas que salen a votación.

Y es aquí donde surge la duda:  ¿se permitirá  a los electores ‘meter baza’ en esas listas, o han de ‘tragárselas intocables’ las que presenta cada partido?.

Para regular esas primeras Elecciones de 1977, Herrero y Rdz de Miñón se decantó por que fuesen ‘cerradas y bloqueadas’ para facilitar al elector escoger personas --desconocidas-- por medio del partido --más reconocible-- que las prohijaba. El argumento era válido y el sufragio se anunciaba (LpRP,DT1ª) como “universal, directo y secreto”; por lo que se aceptó lo de “cerradas y bloqueadas”. Pero después, ya vigente la Constitución que ordenasufragio universal, libre, igual, directo y secreto” (art. 68.1), ser cerradas y bloqueadas lo impiden.  Así que no estamos de acuerdo con ello.

  Por otra parte, si se permitiese alterar las listas propuestas, estaríamos ante listas ‘abiertas’ en la medida que se pudiese ‘meter baza’ en ellas. Por ejemplo, por tachar nombres (ya no serían cerradas), cambiar el orden en que se nos presentan los candidatos (ya no serían bloqueadas), mezclar nombres de listas diversas (ya serían abiertas , como para el Senado), dar ‘mayor --o menor-- peso’ al voto otorgado a algunos de los candidatos (y serían ‘privilegiadas’  en positivo o negativo), etc.

Pero si sucediese cualquiera de estas posibilidades, entonces   el haber escogido una papeleta de un determinado partido (con todos los nombres que él propone) ya no podría contabilizarse como ‘un voto’ emitido por ‘un  elector’; ni  el aplicar  después  el sistema  D’Hondt   para adjudicación  de  candidatos  electos  de  cada  ‘lista’ en función de los votos obtenidos por ella.

De ahí que lo de las listas cerradas y  bloqueadas (intocables, inalterables) viene a ser una consecuencia  casi  ineludible  de: 1º/,  haber fijado circunscripciones electorales ‘grandes’ y, por tanto, plurinominales (es
decir, que hay que elegir a un ‘grupo’ de personas que sean quienes las representen y que, salvo alguno que otro, casi todas suenan ‘a chino’ ). Y 2º/, haber incluido en la ley electoral el sistema D’Hondt  de asignar qué número de candidatos de cada lista van a ser finalmente electos en función del número de votos que cada lista haya tenido.

 Pues bien: éste fue nuestro error y del que pedimos perdón a todos los españoles: el que, cuando después de haber abortado la reforma constitucional preparada por el Sr. Osorio en el Gobierno de Arias Navarro --que por esto tuvo que dimitir-- , el nuevo Ministro de Agricultura, Sr. Abril Martorell, mano derecha del nuevo Presidente  Adolfo Suárez, nos preguntó en nuestra calidad de asesores: “Fernando: y ahora ¿qué hacemos?”,

fue un error que le preparase entonces una LpRP  que ¡incluía! esa Disposición Transitoria Primera (véase imagen aneja)  que : 1º/ se decantaba por que el sistema electoral tuviese en cuenta “criterios de representación proporcional” pero , 2º/, corregidos (mediante D’Hondt) para reducir la fragmentación excesiva de la Cámara, y 3º/, habiendo fijado como circunscripción electoral la provincia. 

Como decimos,  esto fue un gran error en cuanto que llevó al empleo de ‘listas cerradas y bloqueadas’ que se han comprobado nefastas. (Volveremos otro día sobre ello)


Prof. Dr. Fernando Enebral Casares




sábado, 26 de diciembre de 2015

Tanto saludo con tufo masónico con Pedro Sánchez debiera llevarle a Mariano Rajoy a dar carpetazo a su presencia política y también él dimitir hoy mejor que mañana







Nos ha llamado mucho la atención echar un vistazo a los saludos que, desde que designaron Secretario del PSOE a Pedro Sánchez, ha venido Mariano Rajoy intercambiando con él,… hasta que se han celebrado las Elecciones del pasado 20.

Recordamos que ya los  días 27, 29 y 30 de julio de 2014  apuntó ‘peso-press.blogspot.com’  los posibles significados simbólicos que, según parece, cunden entre e la masonería  internacional  y --claro está-- la nacional.

Y hoy vamos a volver sobre ese asunto, porque el modo de irse estrechando la mano Pedro Sánchez con Mariano Rajoy (o viceversa) nos hace dudar que la aparente ‘rivalidad’ entre ambos podría no haberlo sido tanta, sino montaje sobre un concierto  del que nadie supo… Por ejemplo, algo así como un “desgástate tú durante la crisis, que luego yo te sustituyo”. Y que cuando pareció que eso no iba a ser así, el ‘aspirante’ pudo haberse ‘impacientado’ descompuesto…

Lo cierto es que, según recogemos en la sucesión de fotos de los sucesivos saludos que intercambiaron  los dos citados desde el 28 de julio de 2014 hasta ‘ayer’, nos dejan un tanto intranquilos.

Sucede que  siempre el pulgar de Sánchez ha  quebrado  sobre  el dorso de Mariano,… hasta el debate televisivo en que, por lo que se vio y conforme se ve a través de la serie histórica de sus saludos, Pedro pareciera que  se saltó por sorpresa el guión  y el mutuo respeto

Esta maliciosa --pero más que preocupante-- hipótesis resulta que es ‘compatible’ --como se dice en términos forenses tanto como en ámbitos de experimentación científica-- con los posteriores saludos evacuados entre ambos tras ese debate.: la primera vez, en el funeral por los policía caídos en Afganistán; y la segunda, ya tras las Elecciones.

En esa primera vez, se mantendría el entrelazado de las manos pero dejando de manifiesto que sólo era mutua cortesía: pulgares plegados pero en forma simétrica y paralela; en tanto que los meñiques de ambos también quedaban en igualdad de ‘liberados’.

No sucede ya lo mismo al encontrarse en La Moncloa tras los comicios: aquí  ya no queda ni tan siquiera recuerdo de cortesía: los pulgares se mantienen rectos, encajándose las manos a fondo en el arco índice-pulgar, y con el resto de los dedos francos. Es decir, como nos estrechamos las manos todos los mortales que no caemos en pintados simbolismos.

Pues  bien: aunque ---como se dijo el pasado 29 de julio de 2014-- algo de esto podría ser así, o  podría ser mera ‘casualidad’ o divertida coincidencia  para animar las tertulias de café, el simple hecho de que  pueda  caberle a alguien duda, y el propio devenir de los acontecimientos --con Rajoy ante Sánchez en televisión sin caer en reyerta de mercaderes--, nos hace proponer --desde nuestra modestia e insignificancia; que todos saben-- que Rajoy --¡mire usted por dónde!-- TAMBIÉN DIMITA  de una vez.

Debiera comprender y asumir con sencillez que los escenarios cambian y que hay que saber retirarse a tiempo. Y que la señora De Cospedal, o Soraya, tienen hechuras y conocimiento.

E incluso  en parte  nos adheriríamos a la idea lanzada por Pablito Iglesias:  Que la propuesta regia de alguien para presidir el próximo Gobierno, NO TIENE POR QUÉ recaer sobre una persona de algún partido (aunque negamos que cualquiera tengo ‘derecho a decidir’, pues ¡menudo caos sería, ja,ja!). Pero  va siendo hora  de ver a personas inteligentes (¡qué caramba!), que no se hayan labrado porvenir a base de ‘hacer pasillo’ ¡durante años! en algunas sedes…

Aunque no se nos oculta --y también hay que advertirlo con igual honradez y sencillez-- que esto nos suena o resuena algo a aquello que anunció Tejero en el Congreso un 23 de febrero: alguien vendrá… con el que todos los partidos estén de acuerdo, aunque a ninguno de ellos pertenezca.

El recuerdo es sumamente molesto; sin duda. Pero las realidades son abismalmente diferentes. Y tampoco es bueno quedarse uno siempre maniatado en el presente  por  historias  pretéritas --por muy rechazables y desafortunadas que hubiesen sido--,  cuando la actualidad nos sugiera innovaciones posibles y plenamente constitucionales  según  la Constitución vigente.


Peso-Press




Si a Pedro Sánchez le quedase algo de decencia en su facha gentil debería dimitir de inmediato por haber llevado al fracaso rotundo al PSOE que dirige tan fatua como aberrantemente







El partido (PSOE) que se autodenomina ‘socialista obrero español’ aunque ni defiende a los desfavorecidos sino a quienes les dejaron sin dinero (léase los 855 millones de € destinados en Andalucía a subsidios que nunca llegaron a su destino social), ni a los obreros que durante quince años con Felipe González se les estuvo cobrando ‘para la Seguridad Social’ cotizaciones que luego nunca se reservaron para previsiones sociales sino que se malgastaron en inútiles sueldos y otros derroches cotidianos, ni menos aún parece ‘español’ cuando desde un principio ha sido quien ha fomentado toda suerte de disgregaciones, ya fuesen lingüísticas por dárselas de protector de la incultura rural de algunos en el hablar, ya fuese mediante conciertos con personajes provincianos que aspiraban a tiranos de las nuevas repúblicas a que arrastrasen a sus ingenuos paisanos, o ya sea ahora recientemente proponiendo desmembrar definitivamente la Historia de nuestro suelo común con un supuesto federalismo que no es más que un brindis al sol a favor de personalismos de paranoia y aldea;…

ese PSOE HA PERDIDO  las Elecciones Generales del pasado día 20 EN 46 DE LAS 52 demarcaciones nacionales en las que ha concurrido BAJO LA BATUTA de Pedro Sánchez. Sólo se han salvado seis, que estaban dirigidas por Guillermo Fernández Vara (una), y Susana Díaz Pacheco (cinco), y sólo muy o más remotamente por Sánchez.

Pero Sánchez, a pesar de esta abrumadora realidad que juega inclemente ¡en su contra!, dice una y otra vez por televisión y donde se tercie que “las urnas han votado cambio”… ¡a su favor! Como si por repetir mucho la más pasmosa mentira fuese con eso a transmutarla en la realidad que nunca lo fue.

Pues no, Sr. Sánchez: usted HA FRACASADO ESTREPITOSAMENTE y ha hundido a ese partido que ni debiera llamarse socialista, ni obrero, ni --menos aún-- español (pues que le tiene afanado en continuas maquinaciones para borrar que lo sea), y que usted está dirigiendo --como las urnas constatan-- con tan mal tino, peor fundamento, y más deleznables modales.

DEJE, por favor, de vociferar mentira tras mentira. NO SIGA. Márchese de una vez del mundo de la política, que tanto necesita de personas veraces, y tan poco soporta ya a personajes que se obstinan en tomarnos por tontos gritándonos, incluso con destemplanza, toda suerte de gruesas falsedades.

Váyase de una vez, Sr. Sánchez. Y con todo su payaso equipo. Que ni en su propio partido ya le soportan. Respétese a sí mismo, y hago un sonoro mutis por el foro. Déjenos en paz a todos y, si no sabe algo mejor, aprenda al menos a hacer calceta a la que seguir mintiendo con su clásico desparpajo tan de todos ya conocido…

Y se lo decimos, créanos, con sincero cariño. Para que no siga haciendo el ridículo. Usted, esto, ¡tampoco! se lo merece.


publicado en  Peso-Press