Álvarez Cascos, los mediocres, y las ‘listas cerradas’
Suscribo al ciento por ciento el comentario de Juan Manuel de Prada, y aplaudo el de Pilar Cernuda, que recogemos, subrayamos, y pueden pincharse para leerse. Discrepamos del tono de otras referencias. Porque es pavorosamente escandaloso el resultado deplorable que causan las ‘listas cerradas y bloqueadas’ que se inventó Herrerito de Miñón, no sabemos si --en aquellos tiempos-- para ‘facilitar’ la concurrencia a las urnas, o si más bien, como parece, para ‘facilitarse’ un escaño en el nuevo Parlamento que se convocaba conforme… --¡casualmente!--… a lo que hubimos sugerido nosotros…
Mas, pasada que fue esa primera fase de ‘tolerancia’ a las ‘listas cerradas y bloqueadas’, nosotros nos hemos opuestos siempre vigorosamente a ellas por la increíblemente enorme y repugnante corrupción política que generan, según detallaremos otro día. Y tan cierta fue ésta nuestra oposición a ellas que cuando concurrimos a elecciones lo hicimos desde la condición de ‘independientes’ y sólo en las listas ‘abiertas’ del Senado. Y cuando en 1989 se contemplaba la opción de que encabezase --también como ‘independiente’-- la lista del PP al Congreso en Madrid, lo primero que hice es dejar bien sentado lo siguiente:
1º/ Que según el art. 99.1 de la Constitución, de ningún modo si encabezase una lista que resultase victoriosa llevaría consigo mi postulación automática a Presidente de Gobierno; automatismo con el que jamás he estado de acuerdo porque restringe indecorosamente esa presidencia a la muchedumbre de advenedizos mediocres que hayan podido asilarse --precisamente por su notoria minusvalía intelectual y profesional-- en la política.
Y 2º/ que estaba seguro que el próximo Presidente de Gobierno, cualquiera que lo fuese con merecimiento, aboliría las listas cerradas y bloqueadas “igual que yo mismo haría”.
Ni que decirse tiene que, obviamente --y tal como apunta Juan Manuel de Prada--, se revolucionó el cotarro de tal forma que, incluso ¡por consenso! inter-partidos, ¡desde luego! que no encabecé lista alguna…
Lo cual concordaba con que también años antes había declinado diversas ofertas --una lo fue del joven Ruiz-Gallardón cuando se hizo con la Secretaría General de AP-- de “garantizarme un futuro esplendoroso si me… ¡afiliaba!”… a éste o aquel partido y me sometía a su ‘aparato’. ¡Qué desfachatez!
Desfachatez porque la política NO ES un ‘refugio de ambiciosos’ desde el que ORDEÑAR a los conciudadanos en beneficio propio en vista de nuestra minusvalía intelectual, sino que DEBERÍA SER un sacrificado ‘SERVICIO’ que los más eminentes, sabios y prudentes, de la nación prestan a los demás para facilitarles su bienestar en justicia, paz y libertad. Incluso ¡en ‘amistad’! entre unos y otros. Pero ¡claro!: para comprender y asumir esto haría falta ser algo más que un vulgar simio evolucionado…
Y no es que extendamos bulas para éste o aquél en éste u otro caso; pero sí que aprovechamos para alertar que no es mérito bastante para presidir algo el haber estado ‘haciendo pasillo’ durante años --como quizá hayan hecho en Asturias ‘los de Gabino’-- en algún partido.
Dr Fernando Enebral Casares
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio