martes, 23 de abril de 2019

Reflexiones sobre la epiqueya en el Derecho Penal y en la ética del suicidio asistido







Diversas noticias luctuosas recogidas en los últimos días por la prensa --incluído el suicidio del expresidente de Perú,  Alán García-- nos hacen alertar sobre los riesgos para la salud, y aun la sobrevivencia o la convivencia del individuo, que ambientes de estrés, hostiles, de acoso, sensación de impotencia, decepción, indignación o agobio, acarrean. Recordamos también el caso de Juana Rivas y su --entendemos-- justa causa por la custodia de sus hijos, a quien creemos que bien podrían habérsele reconocido eximentes del art. 20 CP.

Todas ellas nos sugieren, en efecto, algunas reflexiones que podrían tener aplicaciones a lo cotidiano. Sobre todo, en lo referente a la epiqueya  --moderada y prudente interpretación de la letra de la ley, según las circunstancias de tiempo, lugar y personas (según el diccionario); o el “hábito moral que permite la excepción en la observancia literal de una ley cuando tal observancia fuese precisamente en contra del espíritu de la propia ley”, según la doctrina-- como posible eximente legal, de la mano de la Teoría del doble efecto’ (vid punto 6, ut infra).

UNO.- Para ello, y en primer lugar, no olvidaremos que el Derecho Penal es especialmente exigente respecto del Principio de Legalidad  --nada, fuera de la ley--  y del de Seguridad Jurídica --nada, contra la ley--: hasta prolongarlos severamente en el Principio Acusatorio --nada, fuera de lo acusado--  y el de Contradicción --nada, presupuesto--. Por ello, es una rama jurídica muy estricta en aplicar la Ley.
Pero la Ley --y aquí surge el debate-- carece de valor en sí misma, es decir, desconectada de su finalidad o teleología (razón última de ser): la Justicia. E incluso ésta, ¡nada es! divorciada de su SERVICIO a una equitativa CONVIVENCIA en PAZ.
Por lo cual, a la postre, la
Ley NADA es, si NO sirve a esa finalista convivencia equitativa para sostener una PAZ en la que todos seamos capaces de enriquecernos mutuamente por COMPLEMENTARNOS de buen grado. Es, en definitiva,  la razón por la que nuestra consciencia nos catapulta MÁS ALLÁ de lo zoológico: nos confiere el don individual y colectivo de ‘trascender’.
               O dicho brevemente: el valor de la Ley le proviene de la EPIQUEYA con que la apliquemos.  Pero epiqueya que es, por definición y propósito, lo opuesto a una literalidad ‘ciega’: cosificada; ‘deshumanizada’ y, por tanto, vaciada de valorescomo el de la propia Justicia a la que servir, y de la que va a depender en última instancia.

DOS.-    Querer --legítimamente-- reprimir una equivocación, pero resultando que con eso estamos, DE HECHO, aplicando una irreversible PENA DE MUERTE,… es (¡eso sí que es!) CONTRARIO a la propia Ley en su propia literalidad, además de “en su espíritu…”

               Una supuesta aplicación de la Ley tan ‘literal’ que acaba causando el efecto CONTRARIO  al perseguido por la propia Ley, se llama DESVIACIÓN DE PODER, e invalida, ¡anula!, el acto…


TRES.- En efecto: la legislación se orienta --es de suponer…-- a proteger el derecho al propio honor, imagen o prestigio social; a la propia dignidad o derecho a la propia autoestima; y la vida misma que a ambos sustenta.
               De modo tal que: todo lo que atente contra ellos, es como si lo estuviese haciendo contra esa misma vida que los sostiene. Porque ¿para qué vivir, si no ha de hacerse con el disfrute de los DERECHOS más intrínsecos a la persona?
               Si no han de tenerse, mejor es dejar de vivir piensa el suicida, o el que enferma de estrés.
               En consecuencia, CUALQUIER ley que diga que se encamina a proteger la vida de las personas (por ejemplo, castigando el asesinato), ha de dirigirse TAMBIÉN a garantizar que esa vida sea digna y, al mismo tiempo, estimada honrosa.
               Y si por quedarnos con sólo una parte literal de las normas protectoras de la vida, estamos… no sólo permitiendo, sino incluso PROVOCANDO el mantenimiento de situaciones que, OBJETIVAMENTE consideradas, destruyen la autoestima del individuo,… ENTONCES estaremos incurriendo DE PLANO en la ‘desviación de poder’ --y que anularía la aplicación de esa norma--  por insensata sujeción LITERAL a lo escrito… ¡EN CONTRA! de la finalidad de la ley: la de sobrevivencia en convivencia, de las personas en JUSTICIA.
               Es decir: haber ignorado la EPIQUEYA que --repetiremos-- es la "moderada y prudente interpretación de la letra de la ley, según las circunstancias de tiempo, lugar y personas (según el diccionario); o “el hábito moral que permite la excepción en la observancia literal de una ley cuando con tal observancia fuésemos precisamente en contra del espíritu de esa ley”, según la doctrina.
               O dicho en más coloquial forma: la judicatura, más que de memoria ciega, ha de echar mano de preclara sabiduría. De memoria ciega puede hacer gala un robot; de preclara sabiduría, no.

CUATRO.- Así, diríamos que por enmendar una chapuza, NO parece conveniente cerrar toda puerta a posterior autoestima mediante el arrepentimiento; e imponer penas de muerte fácticas: sin posible marcha atrás ya.

CINCO.- Pues la enorme importancia de atender SIEMPRE a la EPIQUEYA se aprecia en toda su dimensión en el tan espinoso tema del ‘suicidio asistido’.
Para lo cual preguntamos: el penalizarlo,  ¿no será estar ”CONDENANDOa  PENA DE MUERTE  ¡no ya al enfermo --que ya lo está--, SINO ¡ahora! TAMBIÉN a sus familiares ¡que MUEREN! día a día con ‘cuidar’ tanto sufrimiento? --¡y qué paradoja usar este verbo para este cometido!--...
¡¡Y  ENCIMA!!... con la TORTURA AÑADIDA que, además de muerte, ES ¡MARTIRIO!... 
(Algo igual pasa con los acosos indebidos).
               Pues la doctrina parece clara A FAVOR de ALIGERAR el sufrimiento… por aplicación del respeto a la EPIQUEYA, y repudio de la obvia desviación de poder en que nos sumiría su olvido…
               Pero, ¿y: desde una ética abstracta, impersonal, inconcreta,… hipotética?

 SEIS.- Respecto de la ética, habremos de remitirnos a la siempre problemática pero MUY OPERATIVA “Teoría DEL DOBLE EFECTO”: por la
cual, si de un hecho inocuo se siguen simultánea pero independientemente, dos efectos: el uno bueno y el otro malo, y de equivalente entidad…; ¡bastará! con pretender el efecto ‘bueno’ (aunque sea inevitable la producción simultánea e
independiente del ‘malo’) para que éticamente sea aceptable hacer aquello.
Pues bien: ¿acaso no es terapéuticamente admitido el provocar un ‘coma inducido’  --o plácido ‘sueño’--  si las circunstancias lo aconsejan?
               Y durante un ‘coma inducido’, ¿acaso el mantenimiento de la vida no se produce de modo ARTIFICIAL?
               Mas ¿acaso NO sucede que este ‘mantenimiento artificial’ ESlo que NO ES ¡obligado! ?

Entonces…, en situaciones tan notoriamente críticas como la que narra el periódico del pasado día 5…, ¿acaso no se podrá propiciar --con pentobarbital u otro producto (no ‘mortal’ en sí mismo)-- un ‘coma inducido’ en el que se ‘deje morir’ luego tal vez, pacíficamente, al doliente?
No vemos inconveniente en ello, sino aplicación OBVIA de lo que cita el Prof. de Filosofía Dr. Juan Cruz Cruz en su blog, el 26 nov/2015, 3/.3, parafraseando a Fco. de Vitoria:
Cuando…la ley positiva exija más energías de las naturalmente disponibles, el legislador obraría injustamente exigiendo obediencia a la ley, precisamente porque la ley natural –a la que está ligado– le impide exigir de sus sujetos un heroísmo injustificado  [los subrayados son nuestros].
[…] La reconducción práctica, como virtud de la justicia, se llama epiqueya, …[que es]… dejando a un lado la letra de la ley, seguir lo que pide la justicia y el bien común.”

SIETE.- De todos modos, es también EVIDENTE que LA DECISIÓN de inducir un ‘coma terapéutico’ --dentro del cual llegue tal vez, luego, la pacífica muerte del enfermo-- NO SERÁ del primer ‘matasanos’ con que tropiece un anciano u otro desvalido…; SINO que habrá de ser del propio enfermo consciente, reflexivo y DEBIDAMENTE INFORMADO o, si esto fuese ya imposible, del familiar o ‘representante LEGAL que le supla.  (Al que --dicho sea de paso-- sería chusco --creemos-- achacarle ‘violencia de género’…, por un nuevo olvido de la epiqueya…)

OCHO.- En definitiva, ésta será la cuestión y el problema: ¿cómo garantizar que esta vía alivia primero el sufrimiento, y hasta qué punto y en qué circunstancias? Y después, ¿respecto de qué, cómo, cuándo, por qué, y por quiénes, cabría tal vez suspender más tarde los sistemas de ’mantenimiento artificial’ del sujeto…, pero sin que esto se convierta en degolladero de ancianos y enfermos?
Porque tampoco podemos olvidar que ha habido personas en coma durante décadas, y que luego, imprevistamente, han ‘vuelto’ a la vida. O como aquella joven en colapso renal irreversible que, después de algunas semanas o meses en hemodiálisis, sanó sin más y por completo:

              
Por lo cual, y aunque pudiese parecer un ‘rizar el rizo’ sin mucho sentido el diferenciar dos fases en el proceso, resulta que no lo es tanto. Porque a la postre siempre cabe que, en la fase de ‘espera’, la vida vuelva a resurgir de forma ‘inesperada’…, incluso poquitos a poquitos.

NUEVE.- Recordaremos a este respecto, y obligado será hacerlo, el muy notable, próximo y certísimo caso de mi hermano Manolo, que en el verano de 1953 cayó a plomo por la garganta de un río de Sigüenza: no le rompió hueso alguno (!?), pero el derrame interno que el golpe con el suelo desde 20 metros le produjo, le ‘vació’ su circulatorio y colapsó sus órganos por semanas en las que ¡nada! podía hacérsele… porque toda sangre y suero que quisiera ponérsele…, se le iba al derrame sin posible cirugía(”¿cirugía? ¡dónde!: sin tensión ni pulso”…) De modo que el Dr. Pedro Sanz Vázquez, experto traumatólogo de Guadalajara, “se mordía las manos para ¡nada hacer que pudiese acabar interfiriendo… el curso de la Providencia!”
               La única opción --pronosticaba--  es que el derrame fuese reabsorbiendo por el sistema circulatorio… (pero ¡cómo!, si estaba multifracturado…), o excretándose… (pero ¡cómo!, sin aparato circulatorio ni órganos funcionando…), y los órganos colapsados volviesen a irrigarse… (pero ¡cómo!, si todo estaba internamente ‘reventado…’).
               Mas el Dr. Sanz Vázquez… ¡acertó! en su fe y su pronóstico, y el derrame le fue desapareciendo… y sin transfusión ni ‘gota a gota’ alguna, le fue volviendo la tensión y el pulso…
               Y al cabo de muchas semanas, y meses, de ir mejorando poco a poco,… terminó ABSOLUTAMENTE sano y funcional EN TODA su fisiología…  Y años más tarde, como Ingeniero ya, funcionario del Ministerio de Agricultura y Prof. Dr. de Termodinámica en la ETSI Agrónomos, desarrolló en 1981 mediante apabullantes cálculos matemáticos una nueva Teoría de Gravitación Universal que publicó revisada por última vez en 1994 y que todavía no ha sido contradicha por realidad astral alguna… (Ver artículos adjuntos)
               Como pasmosa evidencia de que puede salirse de una muerte clínica a todas luces irreversible, y sin aplicar medio artificial alguno… Infrecuente, desde luego; pero no imposible.

Dr. CC. Información y Prof. CC. Económicas,
Ldo en CC. Biológicas y en Derecho
Fernando J. Enebral Casares





miércoles, 31 de octubre de 2018

Halloween es una fiesta masónica para ensalzar un hedonismo satánico que profana a los muertos






El jolgorio comercial de Halloween no es un mero pretexto para enriquecer a profanadores de tus muertos: familiares, amigos, vecinos y demás humanos: es mucho más y peor que eso, si… nos fijamos en la conexión que tiene con los rituales de admisión en las Logias masónicas de grado 29 al 33 por ejemplo; y con los demás fundamentos filosóficos implicados en esto.

1/ En este ánimo, recordaremos, en primer lugar, que esos rituales incluyen vejaciones sádicas, junto con actos de adoración satánica al tiempo que el ‘pisoteo’ --descripción literal-- de todo signo religioso --del crucifijo, en concreto-- que la pudiese enturbiar.

2/ Después, la semejanza de esto con la tercera tentación demoníaca a Jesús narrada en los Evangelios.

3/ Un apunte ontológico que podría explicarla: ¿renegaremos de nuestra realidad existencial?.

4/ Traducción práctica de tal reniego, vertida en el principio filosófico --que profesa la masonería como justificante supremo de sus actos-- de que el fin ¡SÍ! que justifica los medios que empleemos…

5/ Aquí, nueva disyuntiva filosófica: ¿elegiremos el hedonismo, en vez del amor solidario?.

6/ Porque… el asumir ser partícipes --uno más, de entre muchos-- de la Creación, excluye el hedonismo.

7/ Del posible porqué, en fin, por el que Lucifer se volvió un ‘renegado’ que incita al hedonismo.

Y 8/, finalmente, el porqué todo esto cristaliza en el invento y promoción --masónica-- del negocio del ‘halloween’.

Comencemos pues, por el ritual de admisión que ha de superar cualquier aspirante a una Logia de grado alto.

Este ritual se caracteriza por dos componentes, a cual más repugnante.

1º/ El primero, consta de una serie de sádicas vejaciones que hacen del postulante una piltrafa humana. Como expresión del compromiso de, en lo sucesivo, la obediencia ciega con que acatará --renunciando a su propio criterio y voluntad-- las decisiones que adopte ‘La Logia’ en la que entra. Y diremos en seguida que esto es ya toda una profanación de la supuesta ‘democracia’ que se invoca, y que es más bien simple conjura para atropellar --si conviniere-- hasta los más ‘sagrados’ Derechos Humanos de las demás personas. Sin otras limitaciones que las que imponga la vil astucia que asegure el éxito…

2º/ El segundo componente incluye actos explícitos de adoración al diablo y repudio del crucifijo o de toda otra representación religiosa.  El auténtico significado de esto se encuentra, sin duda, en la tercera tentación a Jesús en el desierto: todas estas riquezas del mundo te daré --le dice Satanás-- si postrándote ante mí, ¡a mis pies!, me adoras”.

3º/ O lo que es lo mismo: nos tienta con que reneguemos de nuestra condición ontológica de seres ‘contingentes’, es decir, seres que NO existimos ‘porque’ nos dé la gana ni ‘como’ nos dé la gana, sino que existimos dependiendo’ de otras existencias externas. Y entonces, renegando de esta realidad por la que venimos OBLIGADOS a ‘compartir’ solidariamente nuestra existencia con todas esas otras de las que, a la postre, dependemos;… ¡en vez de esto!, pongámoslas ¡a todas esas! a nuestro servicio, antojo y placer caprichoso.

4º/ Es decir: que rijamos nuestro comportamiento por el mero y más puro y duro HEDONISMO: el más salvaje y frenético que, bajo forma de principio filosófico, se enuncia como que “el fin justifica los medios: ¡CUALQUIER! medio” Con la sola excepción --claro--, o autocontrol, de cuanto nos haga ese hedonismo más fácilmente accesible, factible y duradero… y confiando, además, en lograrlo conforme nos promete Satanás si le adoramos… Que son ¡por eso y para eso! --y no por otros motivos-- los rituales que habremos de soportar al ingresar en ‘esas Logias’ de altos vuelos…

5º/ Y es que ese HEDONISMO enloquecido --que es el que predica Lucifer y asumen las cúpulas masónicas como meta para sus miembros-- es intrínseca, existencial, y ontológicamente ¡CONTRARIO! a ese AMOR solidario, compartido, JAMÁS expresión de EGOÍSMO aislacionista,… que es la razón de que el propio ‘Dios’ --el que “Existe por Sí Mismo”--, sea un Dios-Creador

6º/Porque, en efecto, éste existir “por Sí Mismo” supone indefectiblemente que, entonces, como existe porque a Él le dio la gana y como a Él le da la gana, es INEVITABLE que sea un existir ‘autocomplacido’ (porque, si no lo fuese, no tendría más que cambiar hasta serlo…). Autocomplacencia pues, que es AMOR INFINITO (puesto que, como existe ‘como le da la gana’, carece de LIMITACIONES externas: es ‘infinito’).

Pero AMOR que, por serlo, TAMBIÉN quiere ser ‘participado’ a otras existencias. Y por eso y para eso es Dios-Creador  (es decir: que lo es para que toda su Creación participe de Su AMOR… ¡al unísono y en solidaridad!. Y NUNCA --nunca-- mediante ‘egoísmos’ aislacionistas).

Lo cual --y conforme dijimos en el punto anterior--, intrínsecamente excluye el ‘hedonismo’ frenético de querer poner todo el Universo al servicio de nuestro propio capricho… EN VEZ DE ponernos nosotros, por el AMOR que compartiremos, al servicio de todos los demás.                            

7º/ Pero aquí --y si se nos permite-- cabe hacer un curioso inciso: ¿Por qué Lucifer --que fue una creatura más de entre todas las creadas-- tuvo la mala ocurrencia de ‘rebelarse’ contra su Creador? ¿Cómo, un espíritu no condicionado por las leyes cósmicas ‘materiales’ (como nos condicionan a los humanos), pudo ser tan estúpido como para rebelarse?

A nosotros modestamente se nos antoja una posible ‘explicación’ --aunque sin que sirva de rescate alguno para la estupidez incurrida--: pudo ser, digamos, por la soberbia frustrada de que el Dios-Creador, en su designio de ‘encarnarse‘ en su propia Creación (para revertirla así hasta Sí-Mismo con la infinita ‘pleitesía’ de que sólo --claro está-- Él-Mismo es capaz, y sólo Él, de prestársela ‘de condigno’), ¡no! le eligiese a él, ¡Lucifer! (o al tipo ontológico que él representaba, excarcelado de leyes ‘materiales’, cósmicas),… y fuese ¡a elegir! en cambio, para encarnarse y asumir en ello toda Su Creación,… a un ‘tipo’ de creatura tan frágil y tan limitada por el espacio-tiempo como es el humano…

Aunque ¡lo absurdo, lo tremendamente tonto de este ángel ensoberbecido, es que, ofuscado en su soberbia, no percibiese que precisamente el humano (que aunaba la libertad del espíritu junto con el determinismo corpóreo y que, ¡por eso!, en su naturaleza --humana-- ‘resumía’ (representaba) ya a TODA la Creación) era casualmente el ‘tipo’ de creatura más idóneo en que ‘encarnarse’!...   

En cambio, parece que Lucifer, el muy imbécil, se lo tomó como insufrible humillación… Y máxime cuando, ¡encima!, a ese pobre ser, el humano, tan mediatizado por las leyes materiales del Cosmos en que --por así decirlo-- ‘se le ubicó’, se le otorgó nada menos que el más notorio reflejo del propio Dios-Creador: el hacerle también capaz a él --que era un pobre ¡mequetrefe! existencial--…; capaz, decimos, nada menos que… de ¡crear! (engendrar) también a otros…

Por esto es tal vez por lo que el demonio tentó luego tan fuerte a Adán y Eva con la idea de que, si podían ‘crear’, es que podían ser ‘como Dios’, y podían, por tanto, ‘independizarse’ ya de su Creador…

Y es --pensamos-- esta misma tentación la que sin duda subyace en ese “¡disfrutad a tope de todo cuanto podáis rapiñar al Universo entero!” --hedonismo frenético-- “que yo, Satanás, os pondré en bandeja todas las riquezas del mundo si postrándoos ante mí, me adoráis…” Tentación en la que, por cierto, parecen picar, como memos, los tontainas ésos que hacen también esos tontainas y repulsivos rituales de ‘ingreso’ en sus grupitos muy-muy… ‘exclusivos’…

 8º/ Pues todo esto, y no otra cosa, es lo que encierra esta por tantos motivos --como se ve-- ESTÚPIDA celebración de un ’Halloween’ a modo de ‘rebelión’ contra la inexorable ‘muerte’ terrenal que limita al ser humano, y de la que se hace mofa y befa en tal festejo… ¡junto con la burla y profanación de los que ya murieron!. (En vez de recordarlos con el debido respeto…)

Mas… ¿por qué este enloquecido desvarío? Pues porque responde al ritual de acogida de nuevos miembros en las altas Logias masónicas: burlarse de la muerte como forma de incitar al más cerril  hedonismo del… “¡aprovéchate cuanto puedas y de todo lo que puedas y mientras puedas!”

Y burlarse también de la muerte como si, con eso, pudiésemos escapar de nuestra ‘contingencia’ existencial para hacernos --¡insensato IMPOSIBLE  metafísico!--… “como Dios”.

Porque ése es, seguramente, el trauma y ‘tormento’ que ¡por imbécil! tiene  --y ya ad aeternum-- el torpe diablo: el haberse emperrado en el IMPOSIBLE de ser ‘como Dios’… cuando NUNCA podrá serlo…

No caigamos nosotros en esa misma memez… Y ni tan siquiera en la de enriquecer a los avispados que más y más efímeras formas de hedonismo INSOLIDARIO quieran vendernos  


Dr. Prof. Fernando Enebral Casares