Saludamos a Barack Obama como mejor Presidente de los últimos nueve habidos en los Estados Unidos de América, y a Hillary Clinton como mejor esperanza para su cuadragésimo quinto
Ciertamente podemos decir que de los últimos cincuenta años
de la Historia de los Estados Unidos de América, y de los nueve Presidentes que
han tenido en este periodo, Barck Obama nos
merece la mejor calificación respecto de sus ocho antecesores... ¡que hemos
conocido! (no es que lo sepamos ‘de oídas’…).
Recordémoslos,
en efecto, sumariamente.
El primero
de estos últimos cincuenta años fue Lyndon B. Johnson
(1963-69) , que accedió al cargo tras el
confuso asesinato de John F. Kennedy, que se había dejado la piel a tiras para salir de la crisis de los misiles rusos instalados en Cuba. Johnson capeó
bien que mal la resaca que eso dejó y, sobre todo, la guerra de Vietnam, cuya firma de
paz --después de no haberse presentado
a la reelección en 1968-- se produjo
cinco días después de fallecido por infarto en enero de 1973. Se esforzó en
sacar adelante diversos planes de ayuda social, como un seguro de
salud para los ancianos y otro para los pobres, y de viviendas low cost, así como el del voto de afroamericanos
, las no-discriminaciones a inmigrantes, y su Programa, en fin, de ‘Guerra contra la pobreza’; pero aun así no
logró escapar a los fantasmas de Dallas.
Le siguió Richard Nixon (1969-74) que acabó su
mandato por el ‘impeachment’ o condena judicial por el espionaje
que destapó el ‘caso Watergate’.
De biografía un tanto embrollada, había sido Vicepresidente
con Dwight David Eisenhower
, General que dirigió el desembarco de americanos en Normandía durante la 2ª
Guerra Mundial.
Tras la destitución
de Nixon por el citado ‘impeachment’
, el ascenso de Gerald Ford (1974-1977)
a la presidencia tampoco fue limpio. Spiro Agnew, el Vicepresidente que
formó ticket (cartel electoral) con Richard
Nixon, fue instado por éste para que
dimitiese; de modo que la vacante la ocupó ‘a dedo’, sin votación popular
para ello, Gerald, político de segunda fila que se oponía a todo lo que oliese a John Maynard Keynes,
un economista partidario del endeudamiento público (por decirlo brevemente).
Y en efecto:
cuando G. Ford asumió la Presidencia vacante por el enjuiciamiento ya dicho (segunda
vez que Gerald ocupaba un cargo sin haber pasado por
las urnas), la población se enfrentaba con problemas económicos que el
nuevo Presidente desatendió, apuntándose,
más que nada, a la coplilla de “¡que se mueran los feos,… que se mueran
los… feos!”, y al dicho de “a perro
gordo, engordarle el rabo”.
Ni siquiera creemos que al llegar a Presidente acertase
con indultar a su predecesor, ni en mantener al mismo Secretado de Estado, el metomentodo internacional Henry Kissinger, apodado cariñosamente por
los servicios de inteligencia como ‘el gafe’ por su visita a Madrid el 18 de
diciembre de 1973 (siendo Ford aún
Vicepresidente de Nixon), sólo dos días antes del
circense atentado que mató al Almirante Carrero Blanco, y que fue endosado
a una --por entonces-- poco conocida ETA que, tras éste ‘enviar el coche del Almirante hasta la azotea del vecino edificio’,
cobró impulso. Al
menos Gerald Ford tuvo el detalle de venirse
el 21 de diciembre al funeral del difunto,
presidiendo la representación yanqui.
Pero entre los suyos no parece que tuviese
muchas simpatías. De modo que los electores sentaron después al ‘demócrata’ Jimmy Carter en el Despacho Oval (1977-81).
Curiosamente, cuando todavía era Gobernador de Georgia en 1969, Carter avistó inequívocamente un ‘ovni’, según declaró; y prometió
por eso revelar lo que lograse saber de ‘ovnis’
si llegaba a la Casa Blanca. Pero no lo hizo.
Lo que sí hizo fue esforzarse
en pacificar el mundo; de modo que en 2002 le concedieron el Premio Nobel de la Paz,
al igual que en
2009 --a poco de ser Presidente--
se lo concedieron también al actual Barack Obama.
Para las siguientes
elecciones presidenciales, Gerald Ford compitió con
Ronald Reagan --un actor ‘de
reparto’ en viejas películas del Far
West-- para la nominación
como candidato a la Presidencia. Pero algunos vieron en esto solamente una maniobra para situar a George
H.W. Bush
(senior) como Vicepresidente
de Reagan, sin duda por querer ‘la Trilateral’ arropar la rudeza mental de Ronald, y dando así la
impresión de que
aspiraban luego a ‘manejarle’. Así pareció,
en efecto, corroborarlo el que su Secretario de Estado, el General Alexander Haig,
se apresurase a declarar que ‘asumía el control’ cuando Reagan sufrió un
atentado. Tal prisa le costó, claro, a Haig su inmediato cese en cuanto Ronald se recuperó del disparo. (Haig ha fallecido en 2010, después que, en 2005, y
tras haber transcurrido 31 años del Watergate,
el ex-oficial del FBI Mark Felt le identificó como el ‘garganta profunda’ que desató aquel escándalo y causó la destitución de Nixon).
Durante su
Presidencia (1981-89)
, Reagan logró concertar con Mijail Gorbachov
la reducción substancial de armamento nuclear. Y con el desarrollo de
misiles interceptores consiguió, de hecho, el final de la ‘Guerra Fría”.
Le siguió
en el cargo su Vicepresidente, George Herbert
Walker Bush ‘senior’ (1989-93), que anteriormente había sido Director
de la CIA y conocía todos los ‘secretos’
del
Estado. Razón por la cual, sin duda, su mandato transcurrió en ‘elegida’ (prudente) discreción, producto de saber ‘demasiado’ del enorme poder nacional e internacional que
el Presidente de los EE.UU. ostenta. A los diez meses de haber tomado
posesión, el ‘Muro de Berlín’ fue derruido, y se consolidó así la distensión
pactada por su predecesor con Gorbachov, hombre providencial para la paz
mundial donde
los haya (y es justo así pregonarlo). La propia Unión Soviética se
descompuso dos años más tarde, con el Golpe de Estado que unos ambiciosos bastante irresponsables (como
se comprobó luego) le dieron a Mijail, y que éste, derrochando honor y prudencia, asumió.
Añadiremos --para que no quede ni la menor duda al
respecto-- que compartimos plenamente
con Gorbachov las dos ideas ejes de su planeamiento político: hacia
afuera, la convicción --que es
irrebatible evidencia-- de que el PROGRESO global
de la Humanidad sólo será posible mediante la sincera COMPLEMENTACIÓN: esa ‘INTERDEPENDENCIA’ que proclamaba Mijail, y que es fundamento y expresión de la ECOLOGÍA
también GLOBAL que nosotros siempre hemos propuesto. Y la NECESIDAD --por honor y pundonor-- de una completa TRANSPARENCIA (la glasnost) en el
quehacer político, con
LA VERDAD, toda la verdad y sólo la verdad, SIEMPRE POR DELANTE.
George Bush
‘padre’ fue relevado por Bill (William Jefferson) Clinton (1993-2001), con gran equipaje intelectual que desde
la Universidad compartió
con quien fue su esposa, Hillary Diane Rodham.
Comenzó su mandato con mucho ímpetu y éxito, consiguiendo que Isaac Rabin (israelí) y Yasser Arafat (líder
de la Organización para la Liberación de Palestina, y del autoproclamado Estado Palestino) firmasen en septiembre de 1993 unos Acuerdos (llamados ‘de Oslo’) sentando
las bases para la pacificación en la zona, y por los que ambos merecieron el Premio Nobel de la Paz, aunque a Rabin le costó
la vida a manos de un ultra judío. Las negociaciones de paz se
dilataron --conforme estaba
previsto-- más de un lustro, siempre
bajo los auspicios de Clinton;
que también remató el Acuerdo de Libre Comercio entre
EE.UU., Canadá, Méjico y Chile.
En definitiva, su periodo presidencial
fue bonancible y, por tanto, muelle.
Quizá esto indujo a una suerte de relajación que, en su segundo mandato, derivó al ‘caso Lewinsky’
que, con bobadas como hacer esperar varias horas a Arafat en los jardines mientras él
‘atendía’ a Mónica --su becaria
‘predilecta’--, acabó revirtiendo la imagen de su octenio.
Estando en éstas, accedió a la Casa Blanca George
Walker Bush jr. (2001-09), vástago de
George Herbert W. Bush sr., que no empezó con buen pie cuando
cerró los ojos ante el evidente ‘cambio climático’ del que había que
ocuparse prioritariamente. Y en seguida comenzaron a ‘crecerle
los enanos’ (llegarle complicaciones) por doquier, como las ínfulas
de Sadam Hussein, el
colapso de las Torres
Gemelas chocadas por aviones de línea, y hasta el huracán
Katrina. Y al ‘pobre chico’, confortable ‘hijo de papá’ de toda la vida, se le hicieron los dedos huéspedes
y le cundió la alarma…
No vamos a entrar en la polémica de decisiones
concretas que pudieron adoptarse. Pero es de justicia apuntar que hubo base
suficiente para esa alarma de posibles armas de destrucción masiva y otras
lindezas. Bush
sr. fue Director de la CIA, pero Bush jr.
nunca lo fue, y no se le puede inculpar de que ‘otros’ le susurrasen datos
quizá inexactos… Cuestión aparte es cómo gestionase el ‘post-parto’; aunque también en esto las
críticas habría que repartirlas entre subordinados que, a lo que parece, no
merecían los puestos…
Lo que tenemos claro
--y así lo hemos señalado desde siempre-- es que quienes critican por intereses bastardos y muy ‘personales’ lo que otros hacen, pueden llegar a tener incluso mucha
más responsabilidad que ‘esos otros’ por las consecuencias que quepa que se deriven… por haberse dedicado
a azuzar --incluso insistentemente-- a personas fácilmente ‘enloquecibles’. Azuzar a las turbas…, sólo en casos ‘muy-muy’ extremos, y siempre cuando resulte ‘muy-muy’ imprescindible…. Porque las turbas se sabe cómo
empiezan; pero no cómo terminan… Y no se
puede pecar en esto de irresponsable. (Por ejemplo, ya
veremos cómo acaba en Turquía lo de Endorgan).
Todo lo cual quede dicho para que se vea HASTA QUÉ ENORME PUNTO ES
COMPLICADO ejercer la Presidencia de los EE.UU
de América. Y que DE NINGÚN MODO el asunto puede
encargarse ALEGREMENTE al primer charlatán con que nos
topemos… incluso ¡por muy bien que nos suene su sonsonete!
Nosotros mismos,
cuando concurrió de candidato, a Barck Obama hace ocho años también le
dirigimos una severa admonición: véase en
Y precisamente por esto es por lo que ahora creemos tener autoridad moral suficiente para dedicarle -- tal como comenzábamos-- un saludo y un reconocimiento público muy sincero y
agradecido de aplauso.
Por entender, OBJETIVAMENTE,
que ha sido EL
MEJOR Presidente de los últimos cincuenta años: prudente, comedido, diligente,
eficiente, … ¡inteligente, vaya!.
Del mismo modo que,
visto lo visto, y conocido el apretado trayecto profesional recorrido por Hillary Rodham
Clinton, e incluso valorando la especial
sensatez y acierto que adorna a las féminas que son inteligentes;
y teniendo en cuenta los difíciles momentos por los
que atraviesa éste nuestro pequeño --¡y
único!-- planeta… ¡que tenemos
que compartir sí o sí, y conservar!,… ; también podemos afirmar, con probable margen muy
escaso de error, que esta dama –que ya frisa los 70; es decir: que es
ahora cuando está en mayor plenitud de agilidad y de capacidad intelectual
gracias a la enormidad de experiencia acumulada, francamente no nos
cabe imaginar persona más adecuada que ella para asumir la
Presidencia de ese fundamental país.
Dr. Fernando Enebral
Casares
Ilustraciones
Obama - Hillary
Lindon B Johnson
jura el cargo
Richard Nixon
Gerald Ford
atentado a Carrero
Blanco
Jimmy Carter
ovni como el visto
por Carter
Reagan instante
antes de ser herido
Reagan - Gorbachov
George Bush sr
Isaac Rabin - Yasser Arafat, con Clinton
Bill Clinton - Lewinsky
atentado contra
las Torres Gemelas
George Bush jr, mal
informado
facsímil de publicación
del 3 nov 2008
Hillary Rodham Clinton
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