jueves, 16 de febrero de 2012

La relatividad del espacio-tiempo, el vacío y la nada

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‘La nada es  ausencia absoluta  de existencia. Es decir: que ‘la nada’  ni siquiera  existe. Simplemente es ‘la  no-existencia.

Esto es coherente con el concepto de Existente-por-Sí-mismo, que es ‘acto’ puro, simplicísimo (esto es: sin posibilidad de  ‘desmembrarlo  en componentes)  pero ‘permanente (o sea: sin posibilidad de distinguir entre un  antes  y un  después  de él); acto realizado en  ejercicio  de una  libertad-infinita ;  y acto puro de simplemente ‘aceptar-el-existir (o aceptarse ‘existieeendoo ), y que es existencia  ‘infinita,  es decir, aquélla  única  y simplicísima pero  de la que procede  ‘toda’ otra posible existencia. Por tanto, ‘fuera’ de ella --como sería la ‘no-existencia’--, efectivamente ‘nada’ existe. O sea: que ‘la nada’  ni siquiera  existe.

Análogamente, el ‘vacío-absoluto  es la ‘ausencia-completa  de contenido y, por ende,  ni siquiera contiene ‘existencia’ alguna. Sólo contiene ‘la nada’, es decir, la ‘no-existencia’.

Por esta razón, entendemos que ‘el vacío’ nunca podrá estar  ‘contenido  en el interior de algún existente:  nunca podrá interpretarse como una ‘burbuja’ dentro del Universo. Simplemente ‘no está’ en el Universo. Todo lo que  nos  parezca  ‘vacío’, en realidad  no puede  estarlo: es simplemente que  no somos capaces  de percibir su realidad, su  contenido. Por ejemplo, la teoría cuántica predice que ‘el vacío’ no es tal sino una suerte de espuma de partículas que revolotean. El pasado 7 de junio internet publicaba que en la Universidad de Gothenburg , Suecia, habían logrado extraer fotones de un aparente vacío (vid. al margen)

Lo cual nos lleva a esta otra consideración:  el concepto de ‘espacio’ carece de entidad propia. Surge simplemente como una magnitud ‘relativa’: por  comparación.  Apreciamos que hay ‘espacio’ en la medida que,  y  ‘a medida que,  está siendo ‘ocupado’:  a medida que algo ‘lo ocupa.  O sea: la nada no ocupa espacio y, por consiguiente, si nada hay, tampoco hay espacio.

Pero, además, la  ‘relatividad  del espacio está en función de, o implica que, haya  ‘existencias  (en plural)  diversas  entre sí, que lo ocupen. Es decir: que el Existente-por-Sí-mismo, que es único e ‘infragmentable’, no  ‘genera  espacio: está  ‘en otra dimensión  intrínsecamente  ‘ajena  al concepto de espacio. El espacio solamente es predicable de las existencias ‘contingentes’, esto es: de las que son  ‘participadas.

Otro tanto es atribuible al concepto del ‘tiempo’, que también cabe sólo apreciarse --como el de espacio-- por  ‘comparación :  aparece sólo cuando hay algo que ‘evoluciona’, que  ‘cambia. Si no hay ‘cambio’, es imposible identificar ‘tiempo’. Esta es, igualmente, la ‘relatividad del tiempo. De modo que por esto el Existente-por-Sí-mismo, que es permanente e inmutable  (porque el “Sí: quiero existir, me acepto existieeendoo”, en cuanto que es  ‘acto infragmentable y  ‘ya  hecho’, ya  no-puede  ‘cambiar’), es también intrínsecamente  ‘ajeno  al concepto de tiempo. Esto es:  de igual modo que para el concepto de ‘espacio’, el del ‘tiempo’ solamente es predicable respecto de las existencias ‘participadas, ‘contingentes’.

Mas ¿qué  consecuencias,  o qué aplicaciones interpretativas,  para el Universo  que conocemos, cabe deducir de esta  relatividad  del espacio-tiempo?

Proseguiremos con ello en el próximo comentario.

(publicado también en:  http://peso-press.blogspot.com )

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