Un absurdo Universo plano con hoyos que desvían la luz
.
.
.
Enlazando con lo expuesto en nuestro anterior comentario sobre el vacío y la nada, habremos de preguntarnos, en primer lugar, si es serio dar por buena la teoría de la relatividad, de Einstein, cuando este señor partió de un craso error: suponer que el Universo era estático (siendo así que está comprobado y aceptado que el Universo está en expansión, es decir, ‘no’ es ‘estático’ ).
El que el Universo, según Einstein, esté colocado sobre un ‘espacio’ ¡plano ! (o ‘lona’), que no se expande (contrariamente a lo que sí que sucede) pero que se ‘curva’ alrededor de los cuerpos celestes (a modo de cómo se ‘hunde’ la lona sobre la que se depositan bolas pesadas), podría, quizá, servir de metáfora para un parvulario. Pero es tan absurdo en todos sentidos, que no puede tomarse en serio.
Porque, ante todo, los astros --como es obvio-- no están alineados sobre un plano… como para que éste pueda combarse por lo que pesen ellos… Y entonces, ¡qué!: ¿es que habrá muchos ‘planos’ colocados de muchos modos? Y… ¿por qué pondremos el ‘plano’ por abajo del astro, en vez de por algún costado o por arriba suyo? Porque… según Einstein… la luz va a desviarse dependiendo de dónde hayamos situado ese ‘plano’… (y no es lo mismo que un rayo, que se acerca a una estrella, se desvíe hacia abajo que hacia arriba o a la derecha o izquierda…).
Y, en consecuencia, ¿cuál o cómo será el ‘espacio’ global del Universo? Einstein, cucamente, no lo dice. Sus corifeos, tampoco.
Es más: algunos apuntan que los ‘agujeros negros’ (de los que hablaremos en próxima ocasión) son como ‘tubos’ (los llaman ‘agujeros de gusano’) que conectan los dos ¡planos! de ¡dos ! Universos (o uno, ¡doblado ! como si fuese ¡un emparedado!). Así que parece que se inclinan a pensar --con pasmosa terquedad contra toda evidencia-- que ‘todo’ universo está ‘depositado’ sobre ¡un plano !
Pero de ningún modo puede aceptarse que el conjunto del espacio (o espacio global) sea plano (como esa bonita ‘lona’ que nos pintan) y ni tan siquiera esférico o elipsoidal.
No hay ‘lona’ sobre cuya ‘superficie’ se depositen los astros, sino que el espacio parece, más bien, como un ‘fluido’ en el que los objetos quedan ‘envueltos’ : fluido que los recubre (junto con su entorno específico o área de influencia), pero ‘fluido’ que no-existe-más-allá-de esos recubrimientos, aunque se expande a medida que se separan aquéllos…
Por tanto, el ‘espacio’ global del Universo parece que podría tener una apariencia glomerular (es decir: como una inflorescencia compuesta --vid. margen--; conjunto de ‘bovedillas’; arriñonado) en función de su contenido. Pero, desde luego, ni ‘plano’, ni con alguna otra forma geométrica prefijada sobre el papel por algún ocurrente delineante …
Y es que el símil de ‘la lona’ se ha montado, a lo que parece y contra lo evidente, en intento desesperado de salvar el terco dogma de que la velocidad de la luz sea constante.
Se nos dice, en efecto, que esa velocidad es constante aunque varíe su trayectoria… porque lo que varía es… ¡el espacio!. O sea: el que ‘la lona’ (el espacio) se hunda por el peso (fuerza gravitatoria) de los astros se emplea como excusa para mantener que la velocidad de la luz sea constante, y se aduce que es culpa de esos ‘hoyos’ el que cambie de dirección aunque su velocidad siga siendo constante…
Pero, a lo que parece, estos sesudos señores ni siquiera han aprobado el bachillerato y, por eso, todavía no se han enterado que la ‘velocidad’ es una magnitud ‘vectorial’, compuesta por una dirección y sentido (‘flecha’) y una cuantía o ‘tamaño’ de la flecha (componente ‘escalar’ ) que incluso aumenta o disminuye en función de que otras magnitud vectoriales la alcancen y alteren. Y que, por tanto, el sólo hecho de que un móvil cambie su trayectoria es prueba de que ha variado su ‘velocidad’, al haber variado la componente vectorial de ésta (que es, precisamente, la ‘dirección’ del desplazamiento).
Por consiguiente, tratar de justificar mediante el icono de ‘la lona’ el que la velocidad de la luz sea constante es impropio. Porque si, ‘de hecho’, se ha comprobado que la trayectoria de la luz varía (sea por el motivo que sea: lona o no) durante su viaje por el Universo --y hasta tal punto que ni siquiera puede escapar de un ‘agujero negro’ (que por esto se llaman negros ) porque siempre vuelve a ‘caer’ en él--, es, simple y llanamente, que su velocidad no es constante.
Pero seguiremos nuestras reflexiones en otro comentario.
(publicado también en: http://peso-press.blogspot.com/ )
(publicado también en: http://peso-press.blogspot.com/ )
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio