miércoles, 26 de septiembre de 2012

Convocatoria 25-S en lugar y objetivo equivocados






La convocatoria 25-S de manifestación en Madrid denominada “Ocupa el Congreso” y descompuesta --a lo que se ve--  en cinco concentraciones callejeras y, sin duda, vociferantes, parece claramente equivocada en cuanto al nombre, lugar y objetivo.

Porque según puede apreciarse en lo ya antes publicado en este blog, el destino de las protestas no debiera ser el Gobierno de España, sino el del Banco Central Europeo (BCE) que con un increíble engaño (que en seguida recordaremos) nos ha sumido en una crisis económica sin parangón en la Historia (mucho mayor que cuando quebraron las Bolsas en 1929), y con el aparente propósito de arruinar efectivamente la Europa mediterránea para un provecho  ‘muy exclusivo’ de los grandes capitalistas alemanes cobijados en el Bundesbank y por la canciller Angela Merkel.

El cínico engaño consistió en decir que el BCE tenía que impedir la inflación y, para ello, debía reducir el consumo a base de aumentar los  tipos de interés,  a sabiendas de que éstos  NO son tenidos en cuenta para determinar esa inflación y, por tanto, se estaba haciendo una flagrante ‘trampa’: la de aumentar alegremente un componente decisivo para el desenvolvimiento económico (y para la justicia social), pero componente que  ¡para nada!  se incluye en el cálculo de esa inflación. Si se incluyese, es SEGURO que YA NO podría decir el BCE la enorme MENTIRA de que  subiendo  los tipos de interés se  rebaja  la inflación.

Los tipos de interés son, en efecto, factor fundamental a la hora de fijar los precios (que NECESARIAMENTE recogen el coste de FINANCIAR la producción) y, por ende, es tramposo ignorar esta realidad.  Si se tuviese en cuenta,  es evidente que JAMÁS se podría decir que  bajarían  esos precios cuando  subiéramos  el coste de su financiación.

Por consiguiente, el BCE ha mentido con premeditación y persistencia, y con el propósito --reiteradamente declarado--  de reducir el consumo, que es lo mismo que reducir las ventas y, con ellas, la producción; y con la reducción de ambas, el despido masivo de trabajadores;  crecimiento súbito del paro que realimenta el proceso, causa el obvio COLAPSO económico general y, con él, la QUIEBRA de la recaudación de impuestos.

En este momento, los Estados que estaban financiando su actividad económica mediante endeudarse  A CUENTA del PIB  (producto interior bruto  o  ‘producción global’ del país)  que  se ‘iba  a generar’ en los próximos años, se ven en la IMPOSIBLIIDAD de  enjugar  esa deuda según lo previsto. Por varias razones.

La primera y fundamental es porque YA NO va a generarse la producción global esperada, sino otra mucho MENOR e insuficiente para amortizar préstamos.

La segunda es que, en cambio, los gastos públicos (estatales) AUMENTAN rápidamente al tener que socorrer a tantos que caen súbitamente en el paro y la pobreza, e incluso en trastornos de salud por culpa de malnutrición.

Y la tercera es que el Estado ya NO RECAUDA impuestos suficientes porque hay RUINA en vez de producción de riqueza.

En estas condiciones, el mayor DISPARATE en que puede caer el causante (es decir: el BCE) de este desaguisado es  achuchar  a los Estados (a los que él --el BCE--  y sólo él ha puesto en quiebra) para que “reduzcan su deuda  de un día para otro,  siendo así que ésta está contratada a plazo incluso largo contando con los futuros PIB anuales y es IMPOSIBLE  ‘ADELANTAR’  ese PIB de años venideros y, máxime, si tal PIB se ve recortado enormemente por la propia crisis (colapso) desatada por el dicho BCE y sólo por él.

¿A qué juega, entonces, el BCE? ¿O es que los del BCE son tan soberanamente estúpidos e ignorantes  que no perciben las realidades aquí descritas?

Más bien parece que juega, premeditada y corruptamente, a arruinar adrede a los Estados no-germánicos  porque a los capitalistas del Bundesbank les ha entrado el capricho de arrebatar a los países mediterráneos todo su patrimonio, incluido el monumental de la Acrópolis griega, el Coliseo romano, el Acueducto de Segovia, y etc.  O sea: talmente lo mismo que quiso Hítler. Es decir: imponer un IV Reich igual de tiránico y genocida que el nazi.  Y hasta impuesto mediante la fuerza bruta de los tanques si es que, por la crisis, comienzan a producirse revueltas callejeras que los genocidas económicos germánicos ordenen  aplastar.

Por esto decíamos al comienzo que las protestas populares iban erróneamente destinadas al Parlamento y Gobierno español, y estaban convocadas en lugar equivocado. Porque deberían dirigirse --pensamos--  contra los verdaderos culpables del desastre, es decir, el BCE, el Bundesbank y el Gobierno alemán; y situarse ante las sedes de estos Organismos o, en todo caso, Organismos de una Unión Europea que parece esclava de un neonazismo propio del IV Reich.

Prof. Dr. Fernando Enebral Casares

(también en:   http://peso-press.blogspot.com  )

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